En
efecto, en Sílithus no pudo aparecer nunca la palabra “yo”,
ni ningún verbo, adjetivo o pronombre en 1ª persona del singular.
(¡Ay de la lírica en la inclinación de la historia!):
(…)
nadie canta por la casa pequeña
nadie
por la paz de los amantes,
ningún
hombre es cambiado por otro,
el
precio del trueque permanece intacto,
no
hay jardines abiertos para el alma de Möling
pues
la ruina no ha alzado todavía su copa,
los
hombres maldicen sus días,
solo
hay sitio para la especie [Leibniz]
y
no pesa suficiente quien no implora perdón.
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[secuencia 1.167-1.175] -----